jueves, 22 de septiembre de 2011

EJERCITO ECUATORIANO

LA IDEA DE UN EJÉRCITO
DURANTE LA ÉPOCA DE
LOS QUITUS





Los miles de años de historia ecuatoriana
han permitido identificar el origen de
nuestros antepasados desde el punto de
vista de la identidad nacional; pero sobre todo,
está en aquellos grupos aborígenes el testimonio
de hombres y mujeres que lucharon por defender
un espacio y una dimensión social en la
que prevalecía su organización tribal: el cacicazgo,
la familia, sus estilos de vida y sus formas
de defensa.
Hace 2000 años antes de la era cristiana, existieron
unidades poblacionales que alcanzaron
un elevado nivel de cultura y una estructura comercial
organizada, pese a que estos grupos tenían
conflictos frecuentes, por posesión de tierras,
alimentos o el mantenimiento de la hegemonía
política; sin embargo, estos conflictos
eran solucionados mediante alianzas temporales
o definitivas. El producto de esos pactos
fueron -con el tiempo- consolidados en una estructura
social y política denominada quitus o
caras, que el Padre Juan de Velasco denominó
"Reino de Quito". Este grupo aborigen logró
fusionar las poblaciones desde Pasto hasta la
provincia del Cañar.
Los testimonios anotados por los cronistas y la
documentación de las instituciones coloniales,
ofrecen datos claves que permiten aproximarnos
a la realidad socio-económica y política de
ese entonces. Dichos documentos son fortalecidos
por las evidencias arqueológicas realizadas
por estudiosos ecuatorianos y extranjeros
en el siglo XX. Estas unidades poblacionales
dispersas a lo largo del territorio quiteño fueron
sometidas posteriormente por la civilización
Shyri, que provino de Centro América y se radicó
en la Bahía de Caráquez más o menos por
el año 1000 A.C. Esta civilización que se movilizó
en balsas, tuvo una organización mucho
más sólida que la de los Quitus.
En el plano militar, la civilización Shyri contó
con un contingente logístico y humano muy organizado,
ya que esta civilización mesoamericana
tenía un gran dominio de las armas por la
práctica de un riguroso entrenamiento militar.
Los Shyris, después de haber sometido a los
Quitus, implementaron un sistema político y
militar que enriqueció la cultura de la civilización
Quitu. Al respecto, Federico González
Suárez en su obra "Historia General de la República
del Ecuador" describe al territorio quitu
como "muy atrasado y débil: formaba un reino
al parecer pequeño y mal organizado". Consecuentemente
se podría deducir que los factores
que incidieron en el sometimiento de los territorios
asentados a lo largo de la actual República
del Ecuador fueron:
• Dispersión de tribus con estructura política
incipiente.
• Conflictos frecuentes entre poblados.
• Carencia de una estrategia adecuada de
defensa.
• Falta de definición de una unidad política
estable que permita la integración de los
territorios en un Estado.


LA CONSOLIDACIÓN DE LA
NACIÓN SHYRI CON EL
SOMETIMIENTO DE LOS
PURUHAES

Según el Padre Juan de Velasco, los Shyris
se establecieron por algunos años en Bahía
de Caráquez, liderados por su jefe Carán.
Esta civilización decidió continuar su campaña
de expansión y ubicación territorial. Primero
lograron someter a las poblaciones de Esmeraldas
(Jama Coaque – La Tolita), Caranqui,
Quito, hasta Mocha. Sin embargo, los Shyris
encontraron resistencia en los Puruhaes, población
localizada entre las provincias de Chimborazo
y Cañar. Este poblado fue sometido finalmente
por la alianza matrimonial entre la princesa
shyri Toa y el heredero al trono de los Puruhaes,
Duchicela. La alianza adoptada por el
líder shyri, Carán, se produjo porque éste no
tenía sucesión masculina al trono y convino expandir
y consolidar su territorio con el hijo del
líder del pueblo sometido. De esta unión nació
el rey Autachi Duchicela quien reinó la confederación
Quito-Caranqui-Panzaleo-Puruhá.

EL ARTE GUERRERO DEL
PUEBLO SHYRI


En algunas ocasiones el proceso de consolidación
política fue complejo porque
existieron poblaciones que no fueron sometidas
por la vía de las alianzas sino por la acción
de las armas; como fue el caso de los
Puendos, población ubicada al norte de la actual
República del Ecuador; quienes se caracterizaron
por ser bravos guerreros que se pintaban
la cara antes de los combates.
Entre los demás pueblos que sobresalieron por
ser buenos combatientes fueron los Cañaris,
quienes tomaban las armas en caso de fracasar
los acuerdos de amistad.
Los Ymbayas, que habitaron la actual provincia
de Imbabura, se opusieron tenazmente al sometimiento
del jefe shyri Carán, quien dispuso
el aniquilamiento de la población. En su lugar
se establecieron pobladores shyris con el nombre
de Caranquis, en homenaje a su líder.
Los guerreros Shyris se caracterizaron por llevar
la corona de plumas: la de dos órdenes con la
esmeralda en el centro, era de uso exclusivo
del monarca. Esta corona era un distintivo para
aquellos guerreros autorizados a portar y manejar
las armas.
Por otro lado, los Shyris tenían en las provincias
conquistadas la Plaza de Armas, que consistía
en un conjunto de terraplenes cuadrados con
rampas, y que servía para los entrenamientos
militares. Cerca de estas grandes plazas se encontraban
las viviendas de los oficiales y capitanes
de cada provincia, quienes formaban a las
tropas en el arte de la guerra.
En otro contexto, los Shyris protagonizaron
cruentos combates con los Punáes , grupo aborigen
localizado en una isla de la actual provincia
del Guayas. La mayoría de enfrentamientos
de estos aborígenes fue con el propósito de obtener
tierra, agua , alimentos y bienes suntuarios.
Estas batallas tenían desenlaces fatales,
como describe Guamán Poma de Ayala en su
obra "Nueva Crónica y Buen Gobierno" indicando
que "eran muy belicosos indios, y bravos
guerreros y fuertes, cada uno de ellos se embestían
como leones; y si le mataban al contrario le
sacaban el corazón y comían de puro bravos y
fuertes, guerreros y capitanes".
Los Shyris utilizaron métodos para vigorizar sus
cuerpos durante las batallas, uno de ellos consistió
en purificar el organismo humano mensualmente.
Según la descripción del cronista
Guamán Poma de Ayala, solían preparar una infusión
con una hierba denominada bilca, que
permitía aumentar la resistencia física y evitar
heridas graves.

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